La escritura de un ensayo forma una gran parte inevitable de los años universitarios de cada estudiante. Manejar el proceso correctamente puede transformar una tarea fastidiosa en un proyecto divertido que resulta en las notas aspiradas. Entones, no importa si es un ensayo corto de sólo un par de páginas o un trabajo seminario que causa a tu impresora a trabajar constantemente, hay varios consejos que pueden aliviarte significativamente y transformar la experiencia de la escritura en algo relativamente placentero.
Primero, es necesario comprender que la escritura académica no aspira a examinar las capacidades literarias del estudiante (fuera en cursos sobre narrativa creativa). Por ende, es probable que lo que salta en tu mente espontáneamente al momento de iniciar el proceso no conducirá a los resultados deseados. Las claves para un buen proceso de escritura son comprensión y planificación. Durante la etapa comprensiva, tienes que leer las instrucciones cuidadosamente.
Después, asegúrate que entiendes el material sobre el cual el ensayo está escrito. Aunque todo te parezca claro, es aconsejable revisar todo el material de nuevo para refrescar tus conocimientos y refinarlos. Durante tu relectura, debes marcar las partes que te parezcan las más relevantes para el ensayo.
Ahora, puedes comenzar la planificación. A esta altura, es muy recomendable a sentarse por unos minutos y delinear un resumen básico que represente el trabajo futuro. En otras palabras, escribe una frase o dos sobre el contenido de los párrafos (para un ensayo corto) o capítulos (para un trabajo más largo), con un énfasis especial sobre la introducción y el resumen.
Una vez el resumen esté listo, puedes empezar a escribir. Prepara un borrador básico y corrígelo si es necesario. Usar palabras claves y frases de transición para conectar párrafos siempre ayuda. De hecho, éste mejorará tu flujo de trabajo y enfatizará la conexión lógica entre las diferentes secciones. Además, es muy importante recordar de agregar referencias de las fuentes bibliográficas en los lugares relevantes para demostrar de dónde sacaste la información. Éste generalmente se usa al especificar el nombre del escritor y el año en el que el artículo fue publicado en paréntesis. Una lista bibliográfica completa debe aparecer después del resumen. Muchos estudiantes del primer año saltan sobre esta etapa y sus profesores generalmente no perdonan este error.
Finalmente, si lograste escribir un trabajo comprensivo de antemano y lo terminaste unos días antes de la fecha límite, es muy recomendable descansar un día y después revisar el trabajo con una nueva mirada. Descansar y reevaluar el trabajo ayuda a establecer nuevas perspectivas en torno al proyecto. Te permite notar errores o la falta de información que no te diste cuenta en la primera vez.